
Conciliar la vida personal y laboral nunca se ha presentado como una tarea sencilla.
Para los dueños de perros poder contar con un entorno laboral que les permita atender las necesidades de sus compañeros de 4 patas, se vuelve cada vez más relevante en su proceso de búsqueda de trabajo. Pero, para las empresas, no siempre es fácil poder incorporar políticas y dinámicas adecuadas que permitan la comodidad y cuenten con la conformidad de todos sus trabajadores en torno a la presencia de animales en el espacio de trabajo.
Para conseguir una verdadera conciliación, las organizaciones deben tener en cuenta aspectos más allá de los reportados beneficios de un entorno laboral dog-friendly y contar con el asesoramiento adecuado para elaborar un plan de acción que evalúe, adapte y rija el proceso de inserción de los animales. Y es que, la inclusión de los perros en el plano laboral no es un proceso sencillo. Las empresas deben poder contar con programas adecuados que evalúen sus necesidades particulares y la de sus trabajadores, garantizando y construyendo espacios que aseguren el bienestar tanto para los profesionales como para sus compañeros animales.
En este contexto, destaca el programa Dingo Workplace, una iniciativa de Fundación DingoNatura cuyo objetivo es el de evaluar las posibilidades de facilitar el acceso de los perros al entorno laboral, atendiendo a los beneficios que aporta para los trabajadores que conviven con un animal y a las mejoras que puede conllevar para el resto de los empleados en el ámbito del bienestar personal y laboral, y a través del que han empezado a trabajar con Prisma S.L..
¿Qué puntos se deben tener en cuenta para una adaptación óptima a los entornos laborales dog-friendly?
- Empresas con necesidades concretas y únicas. Es necesario entender que cada organización presenta características y necesidades distintas que deben ser atendidas de manera personalizada y adaptada. Por ello, es imprescindible conocer los procesos internos y a las personas que forman parte de la empresa, para asegurar, de este modo, una implantación óptima.
- Beneficios y objetivos compartidos. Desde la organización se deben poner en valor los beneficios derivados de su presencia para los trabajadores, tanto para los que tienen perro como para el conjunto de empleados. Los espacios dog-friendly son una apuesta por la inclusión y el bienestar de todos los miembros de la organización, no solo de los que tienen animales.
- Escuchar y atender las necesidades particulares de los empleados. Para aquellos trabajadores con perros, poder contar con un entorno que les permita conciliar su vida laboral y profesional implicará una mejora en su calidad de vida y una apuesta de la organización por su bienestar. Pero en este contexto se deben tener en cuenta también las posibles reticencias y opiniones del resto de trabajadores, estudiándolas y atendiéndolas de forma individual para implementar las medidas que sean necesarias para asegurar su comodidad durante todo el proceso.
- Diseño de un plan de acción personalizado y adaptado. La planificación del proceso es clave para asegurar una buena adopción, se deberán determinar de manera detallada los pasos a seguir y las acciones a realizar. Será necesario limitar y señalizar espacios, coordinar al grupo de trabajadores y definir las normas a través de las que se regirá el proyecto.
- Asegurar el bienestar de los perros. Garantizar el bienestar de los animales será uno de los requisitos esenciales durante el proceso. Para ello, será necesario una evaluación y posterior adaptación de las instalaciones, para conseguir espacios seguros que cubran las necesidades de nuestros compañeros perrunos. Asimismo, los trabajadores deberán recibir formación para asegurar una convivencia óptima entre empleados y perros.
- Evaluación y formación continua. Durante el proceso de definición e implementación del proyecto, será imprescindible llevar a cabo una evaluación periódica, con el objetivo de ajustar y corregir cualquier aspecto que sea necesario. De igual manera, el seguimiento del proyecto no acabará tras la definición de las políticas y normas que lo marcarán, ni una vez iniciada la dinámica de inclusión, con la asistencia de los perros al espacio de trabajo. Será necesario implementar sistemas de formación y seguimiento continuos para asegurar el buen funcionamiento a largo plazo y la adaptación constante del personal.