La revolución de la automatización y la robótica: la cultura pop frente a la tecnología moderna

¿En qué piensas cuando oyes la palabra "robot"? ¿Quizás te vengan a la mente R2-D2 o C-3PO de Star Wars? Nos fascinan sus habilidades y, en el caso de C-3PO, su naturaleza humana. Sin embargo, hace ya mucho tiempo que la robótica avanzada ha abandonado el mundo de la ciencia ficción y se utiliza a diario en fábricas e industrias de todo el mundo. ¿Alguna vez te has preguntado cuánto distan efectivamente las capacidades reales y presuntas de los robots?

Desde OMRON, la compañía líder en soluciones de automatización industrial, han querido analizar qué tienen en común los robots colaborativos avanzados, llamados cobots, con los conocidos robots de la cultura pop.

Los espectadores de todo el mundo acuden en masa a los cines cuando se estrena la última película del Universo Marvel o Star Wars. A los fans les suelen impresionar las posibilidades ilimitadas y las increíbles tecnologías que se muestran en estas películas. Sin embargo, lo que era inimaginable hace unos años ya es una realidad en muchas empresas hoy en día. La robótica industrial compite incluso con los robots más icónicos de la cultura pop, lo que demuestra que el futuro ya está aquí.

Robots como R2-D2 de Star Wars y WALL-E son conocidos por reconocer y reaccionar a su entorno. Tienen una percepción sensorial que les ayuda a moverse en el mundo e interactuar con los humanos.

Lo que mucha gente todavía no sabe es que esto ya no es un sueño del futuro. Las tecnologías innovadoras, como los sistemas de visión 3D, los sensores de fuerza/par y los sensores LiDAR, ya ofrecen a los cobots capacidades sensoriales en la actualidad. Les permiten percibir su entorno con precisión e interactuar de forma segura con objetos y personas, algo especialmente importante en aplicaciones sensibles y entornos de fabricación, como el montaje de componentes electrónicos.

El teniente comandante Data de Star Trek es un androide con una estructura cerebral positrónica. Posee una inteligencia superior y una potencia informática y capacidad de memoria excepcionales. Al mismo tiempo, se esfuerza constantemente por comprender y conocer mejor a la humanidad y nuestras emociones.

Este tipo de adaptabilidad instantánea y capacidad de aprendizaje es un sello distintivo de muchos robots de la ficción. En la realidad, los algoritmos de aprendizaje automático y de IA se están integrando en los cobots para mejorar sus capacidades. Estos algoritmos les permiten aprender de las aportaciones y afirmaciones humanas, adaptarse a nuevas tareas o entornos, optimizar sus movimientos y predecir fallos. Los cobots pueden aprender de sus datos y mejorar continuamente su rendimiento, lo que resulta especialmente útil para el control de calidad y el mantenimiento predictivo.

C-3PO de Star Wars es conocido por sus impresionantes habilidades lingüísticas y su capacidad para comunicarse con seres vivos en más de seis millones de idiomas diferentes. Esta habilidad lo convierte en un compañero indispensable en la Galaxia de Star Wars. Los cobots modernos utilizan el procesamiento del lenguaje natural (PLN) para comprender y responder a los comandos verbales de operarios humanos. Esto permite una interacción intuitiva y natural entre humanos y cobots, lo que facilita la programación y el funcionamiento sin necesidad de una formación especial. Las tecnologías PLN mejoran la capacidad de los cobots para comprender instrucciones complejas y realizar tareas que requieren varios pasos.

En las películas de Batman, la Batcueva es un excelente ejemplo de los sistemas en red: las máquinas y las tecnologías funcionan conjuntamente a la perfección, algo que destaca especialmente en las películas más recientes como El Caballero Oscuro y la Liga de la Justicia. El cuartel general se representa como un sofisticado centro donde Batman puede acceder a una gran variedad de máquinas, dispositivos y ordenadores para realizar tareas complejas. En el mundo real de la robótica colaborativa, la integración de los cobots en el Internet de las cosas industrial (IIoT) ofrece capacidades de red similares. Los cobots pueden intercambiar datos con otras máquinas y sistemas en tiempo real, reaccionando rápidamente a los cambios en la línea de producción. Esta conectividad garantiza procesos de producción más eficientes y flexibles.

En la novela Yo, robot y la adaptación cinematográfica del mismo nombre, las tres leyes de la robótica de Asimov desempeñan un papel central en la optimización de la interacción segura entre humanos y robots y, por lo tanto, en la minimización de posibles peligros para los humanos. Pero la seguridad también es un tema clave en la robótica colaborativa en entornos industriales reales. Los cobots se han desarrollado para cumplir normas como la ISO 10218-1. Además, el Fraunhofer IFF ha desarrollado una nueva norma ISO/PAS 5672:2023 que describe métodos de prueba para medir fuerzas en aplicaciones en las que los cobots trabajan de forma segura junto a los seres humanos y en estrecha colaboración con ellos.

Como hemos visto en los ejemplos anteriores, las tecnologías que impulsan la robótica colaborativa reproducen muchas de las capacidades representadas en la cultura pop. Aunque los robots de las películas a menudo poseen habilidades sobrehumanas, los cobots modernos demuestran que la realidad ya casi ha alcanzado a la ficción. La combinación de la tecnología avanzada de sensores, el aprendizaje automático, el procesamiento del lenguaje natural, la integración y estrictas normas de seguridad está dando lugar a una nueva era de colaboración entre personas y máquinas. Ahora queda por ver si esta relación se convertirá en una historia de amor.