· El debate sobre el etiquetado de productos vegetales se centra en la importancia de mantener términos comunes como "hamburguesa" y "chorizo", que permiten a los consumidores tomar decisiones informadas y fomentan la aceptación de opciones más sostenibles
· Cambiar estos nombres generaría confusión en los consumidores y desventajas para las empresas, que tendrían que asumir costes adicionales y barreras a la comercialización de sus productos, especialmente en un mercado en crecimiento como el de España
Madrid, 24 de septiembre, 2024 - El mercado minorista de alimentos de origen vegetal en España ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, impulsado por la mejora en la oferta de estos productos y el creciente interés de los consumidores por opciones alimentarias más diversas, sostenibles y saludables. Entre 2020 y 2022, España registró un aumento en las ventas del 9%, alcanzando los 447,4 millones de euros. Esto posiciona a España como uno de los mercados más dinámicos y vibrantes en el ámbito de las proteínas alternativas.
Una reciente encuesta a nivel europeo reveló que los consumidores españoles están especialmente interesados en disponer de una mayor variedad de productos de origen vegetal, lo que evidencia el gran potencial aún por aprovechar en este mercado.
A pesar de este crecimiento, los productos vegetales análogos a la carne y el pescado están siendo objeto de un escrutinio creciente en relación con las prácticas de etiquetado. Las organizaciones industriales que representan a los sectores cárnico y pesquero convencionales, junto con algunas asociaciones de protección al consumidor, están presionando para que las normativas nacionales prohíban el uso de términos como "lomo", "filete" o "chorizo" en las alternativas vegetales.
Ante esta situación, el Good Food Institute Europe, una organización internacional sin ánimo de lucro que trabaja para hacer nuestro sistema alimentario más sostenible, seguro y justo, presenta diez puntos clave que explican por qué este tipo de medidas restrictivas no solo fallarían a la hora de proteger a los consumidores, sino que también dificultarían el avance hacia un sistema alimentario más resiliente y sostenible.
1. Los productos vegetales han estado presentes en nuestras estanterías durante décadas, convirtiéndose en opciones comunes y fácilmente reconocibles para los consumidores. Términos comunes como "hamburguesa" y "salchicha" ayudan a las personas a anticipar el sabor, la textura, el método de preparación y la apariencia de los productos. Este lenguaje común es fundamental para que los compradores tomen decisiones informadas sobre sus elecciones alimentarias.
2. Prohibir el uso de estos términos no mejoraría la transparencia, sino que la debilitaría. Todo el mundo entiende que una hamburguesa se puede asar y servir en un panecillo, pero ¿qué haríamos con un "disco vegetal"? Cambiar los nombres de productos ya conocidos solo generaría confusión innecesaria y desalentaría a los consumidores de optar por alternativas vegetales más sostenibles, como evidenciaba este estudio de 2020
3. Una encuesta de la Organización Europea de Consumidores (BEUC) revela que la gran mayoría de los ciudadanos europeos apoya firmemente el uso continuo de términos "cárnicos" para productos de origen vegetal. En España, la mayoría de los consumidores no se preocupa por el uso de denominaciones como "hamburguesas" o "salchichas" para productos vegetales, siempre que estén claramente etiquetados como de origen vegetal. De hecho, según la encuesta europea Smart Protein, el 71% de los consumidores españoles — la cifra más alta entre los países encuestados— considera que el actual etiquetado de los alimentos vegetales es adecuado.
4. Se observa una fuerte tendencia hacia el consumo de más alimentos de origen vegetal, y es probable que esta continúe, incluso si las normativas de etiquetado se vuelven más estrictas. Un claro ejemplo de esto es que los consumidores siguen llamando "leche" a las bebidas vegetales, a pesar de que las etiquetas indiquen "bebida de avena". De tal manera, en vez de restringir el etiquetado, es fundamental enfocarse en proporcionar información clara sobre el origen, los ingredientes y los nutrientes de los productos. Es más, según la mencionada encuesta Smart Protein, uno de los aspectos de los alimentos vegetales que más valoran los consumidores españoles es su trazabilidad (66% de los encuestados).
5. Los intentos de restringir el etiquetado de productos vegetales en otros países europeos han resultado ser una pérdida de tiempo y recursos para los legisladores. Este año, Bélgica abandonó sus planes para prohibir el uso de términos "cárnicos" en productos vegetales. Asimismo, el Conseil d'Etat en Francia suspendió la prohibición de términos como "filete" para productos de origen vegetal, cuestionando su legalidad bajo la normativa de la UE (este tema está siendo revisado actualmente por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea) y señalando los daños específicos que causaría a las empresas nacionales de productos vegetales.
Además, el Tribunal Supremo de Francia determinó que términos como "filete vegetal" no confunden a los consumidores, dado que el etiquetado deja claro su origen. En Italia, se introdujeron en 2023 restricciones al uso de denominaciones cárnicas para productos vegetales, una medida polémica que ha generado críticas en la industria, que subraya los perjuicios económicos para un sector en crecimiento. Ante esta situación, el gobierno italiano ha indicado su disposición a reconsiderar la medida.
6. La carne de origen vegetal se presenta como una fuente versátil de fibra y proteínas, destacando por su contenido significativamente menor de grasas saturadas en comparación con los productos de origen animal convencionales. Aunque hay quienes expresan preocupación sobre el hecho de que estos alimentos sean considerados "ultraprocesados", es importante señalar que, desde una perspectiva nutricional, son bastante diferentes de la mayoría de los productos en esta categoría.
De hecho, diversas investigaciones sugieren que los productos vegetales pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y promover un microbioma intestinal saludable. Además, la industria está en constante evolución, y se están desarrollando innovaciones para mejorar aún más el perfil nutricional de estos productos. Esto incluye nuevas técnicas de producción y la incorporación de ingredientes variados, como proteínas derivadas de hongos, que aportan beneficios adicionales. De este modo, la carne de origen vegetal no solo se posiciona como una alternativa sostenible, sino que también puede ofrecer ventajas nutricionales significativas.
7. Las restricciones innecesarias en el etiquetado de productos de origen vegetal no solo podrían generar confusión entre los consumidores, sino que también representarían una carga financiera considerable para las empresas. Estas tendrían que asumir los costos asociados con el cambio de su marca y la eliminación de envases existentes, lo que podría afectar su rentabilidad y capacidad de innovación.
Además, es importante señalar que los productos de origen vegetal no reciben ayudas públicas que pudieran mitigar estos costes. Esto podría agravar aún más el impacto económico de estas medidas, poniendo en riesgo a muchas empresas de nuestro país que están invirtiendo en un futuro más sostenible mediante el desarrollo de estos alimentos, especialmente a las PYME y startups.
8. Aunque las autoridades competentes aún están deliberando sobre este asunto, es probable que cualquier posible prohibición, para cumplir con los principios del mercado único de la Unión Europea, se aplicara únicamente a los productos fabricados en España, excluyendo los de otros Estados miembros. Esta medida pondría a las empresas españolas de productos vegetales en una desventaja significativa, obstaculizando el crecimiento de esta industria emergente y aumentando la confusión entre los consumidores, quienes podrían encontrar "tubos vegetales" españoles junto a "chorizos vegetales" alemanes en las mismas estanterías.
9. En lugar de imponer barreras innecesarias no respaldadas por la evidencia, los responsables políticos deberían centrarse en apoyar el desarrollo de la carne de origen vegetal, fundamental para un sistema alimentario saludable, seguro y sostenible. Esto implica permitir a los productores comunicar de manera clara información esencial sobre el sabor y la preparación, sin las restricciones de un etiquetado limitante. Este enfoque está en sintonía con los objetivos de una dieta sostenible promovidos por la comunidad internacional.
10. El último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente destaca el papel crucial de las proteínas alternativas en la reducción de la huella ambiental del sistema alimentario global y recomienda medidas políticas que faciliten su comercialización y crecimiento. Además, este tipo de alimentos pueden ofrecer nuevas oportunidades a los agricultores de nuestro país a la hora de diversificar sus fuentes de ingresos.
El aumento de la demanda de carne y mariscos de origen vegetal no solo refleja una preocupación creciente por la salud y el medio ambiente, sino también una aceptación de las actuales prácticas de etiquetado. Los consumidores ya confían en las etiquetas claras y reconocibles para tomar decisiones informadas, y lo que realmente desean es una mayor disponibilidad de productos de origen vegetal a precios más asequibles en los supermercados. Al hacer estos productos más accesibles, se respondería mejor a las necesidades y preferencias de los consumidores españoles, fomentando una alimentación más sostenible y equilibrada.
Acerca de Good Food Institute
Good Food Institute Europe (GFI) es una fundación privada sin ánimo de lucro que trabaja con científicos, empresas e institucionesy responsables políticos para promover el desarrollo del sector de proteínas alternativas como la carne cultivada y de origen vegetal, con el objetivo de crear un sistema alimentario más sostenible, seguro y justo mediante la transformación de la producción de carne.
GFI emplea sus esfuerzos en reducir el impacto medioambiental de nuestro sistema alimentario, disminuir el riesgo de resistencia a los antibióticos y facilitar el acceso a alimentos de alta calidad utilizando menos recursos. Nuestro trabajo es posible gracias a la filantropía. Para obtener más información sobre GFI, puede visitar https://gfieurope.org/
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