· Un estudio de GetApp indica que el 41 % opta por comprar artículos usados principalmente por el ahorro económico. · Las nuevas formas de consumo también tienen en cuenta aspectos de sostenibilidad y responsabilidad medioambiental.
Barcelona, XX de octubre de 2022 — La plataforma de descubrimiento de software empresarial GetApp ha analizado los hábitos de compraventa en España en relación con la segunda mano. Comprar, usar, vender y reusar es un ciclo de consumo que gana adeptos y, de la mano, crecen las plataformas digitales que impulsan este modelo. Tanto es así que el 57 % de los españoles opta por los marketplaces para la compra de productos de segunda mano.
Casi la mitad de los encuestados también utiliza el canal físico. Concretamente, el 47 % asiste a tiendas para adquirir artículos usados, como locales vintage o de electrodomésticos. Por su parte, el mercadillo tiene su público: el 43 % de los españoles acude a ellos para hacerse con productos de segunda mano. Por lo tanto, existe un aparente equilibrio entre los canales de compra online y offline.
Hay una división en los hábitos de los consumidores en lo que respecta a comprar productos de segunda mano y su frecuencia de consumo. Un 48 % de las personas encuestadas siempre o a veces considera esta opción, mientras que un 31 % no compra habitualmente artículos de segunda mano. Por su lado, existe un 12 % de consumidores españoles que prefiere no comprar nada de segunda mano porque no le interesa.
El ahorro es el principal atractivo de la segunda mano
Entre quienes acostumbran a comprar productos de segunda mano, el principal motivo para hacerlo es económico, pues el 41 % lo hace para ahorrar dinero. Asimismo, la sostenibilidad también ha cogido peso: tres de cada diez personas alude a motivos medioambientales en su decisión de compra de artículos usados. Por un lado, un 15 % lo hace por sostenibilidad y, por otro, un 14 % porque quiere intentar prolongar el ciclo de vida de un producto existente.
Mientras tanto, un 13 % de quienes compran en segunda mano lo hace porque así puede encontrar artículos que no se ofrecen nuevos, por ejemplo, aparatos electrónicos descatalogados o prendas vintage. En este aspecto, los libros (56 %), la electrónica (46 %) y los muebles (42 %) son los tipos de productos con mayor preferencia de compra en segunda mano.
¿Qué sucede con quienes rechazan la segunda mano?
El 12 % de las personas que ha participado en la encuesta no compra productos de segunda mano nunca y no está interesado en hacerlo. ¿Qué razones tienen estos consumidores para no hacerlo? Un 58 % prefiere un nuevo producto; un 48 % no está seguro de la calidad de los artículos; y un 44 % no está seguro de la duración del artículo de segunda mano.
Este grupo de encuestados parece no considerar el ahorro que podría suponer comprar productos de segunda mano. Tampoco parece interesado por la sostenibilidad o por alargar el ciclo de vida de un producto.
El 9 % de los encuestados nunca ha comprado productos de segunda mano pero sí está interesado en empezar a hacerlo. Este último grupo muestra los mismos motivos para comprar productos usados que quienes ya lo están haciendo, aunque con porcentajes algo diferentes: un 70 % está interesado en comprar artículos de segunda mano para ahorrar dinero, un 58 % lo haría por razones de sostenibilidad y un 57 % lo haría para alargar el ciclo de vida de un producto existente.
Obtener un dinero extra es el principal motivo para vender
La venta de productos usados también obedece a prioridades económicas. Entre las personas encuestadas que acostumbran a vender productos de segunda mano, el principal motivo para hacerlo es obtener un ingreso extra (49 %), seguido con distancia de la sostenibilidad (26 %).
A la hora de vender productos de segunda mano, la mayoría utiliza principalmente canales online, entre los que destacan los marketplaces online que ofrecen numerosas tipologías de artículos (65 %) y las plataformas de ecommerce que se centran en una única tipología (29 %), como podría ser ropa o electrónica. Si bien a la hora de comprar hay un equilibrio entre el uso de canales de compraventa offline y online, a la hora de vender productos de segunda mano los consumidores prefieren los canales online.
Por otro lado, los españoles que no venden sus objetos de segunda mano pero están interesados en hacerlo no han dado el paso aún porque no tienen necesidad de hacerlo (26 %), no tienen muchas cosas para vender (25 %) o no creen que haya compradores para los productos que desean vender (20 %).
Por su parte, los encuestados que no venden sus artículos de segunda mano y no están interesados en hacerlo señalan que prefieren tirar o regalar lo que no usan antes que venderlo (31 %), no tienen muchas cosas para vender (27 %) o consideran que sus artículos no se van a vender (19 %).
La conveniencia le gana la batalla al consumo responsable y sostenible
Los españoles se preocupan porque aquello que compran pueda usarse el máximo de tiempo posible: un 88 % se esfuerza por prolongar el ciclo de vida de los productos que compra, y un 85 % suele regalar o donar los productos que ya no utiliza.
Sin embargo, los consumidores no están dispuestos a compartir el uso de estos productos con otras personas. Un 77 % no está interesado en alquilar ropa y un 59% no desea alquilar aparatos electrónicos.
En el caso de la restauración y la alimentación, hay posiciones divididas ante formas de actuar que podrían evitar el desperdicio de alimentos: un 19 % de los encuestados utiliza las aplicaciones y sitios web en los que se pueden comprar alimentos antes de que se echen a perder; un 36 % conoce estas aplicaciones, pero no las utiliza; un 34 % no las conoce, pero estaría interesado en utilizarlas; mientras que un 11 % no las conoce y no le interesaría utilizarlas.
Normalmente, el precio de venta de estos productos con una fecha de consumo a punto de expirar suele ser inferior. En este caso, se observa cómo el motivo económico, que sí anima a comprar y vender productos de segunda mano, no lo hace ante propuestas que quieren acabar con el desperdicio de alimentos y promover un consumo más sostenible.